No entendí mi vida, hasta que no conocí mi carta natal.
¿Qué hay detrás de esta herramienta de autoconocimiento?
La Carta Natal es un mapa de vida, una guía que te indica cual es tu propósito, tu camino tu destino, cuáles son tus luchas, tanto internas como externas, quien hace de tu espejo, en qué te debes esforzar, cuál es tu aprendizaje, qué patrones has heredado, qué metas vas a tener que superar, por qué hay cosas que no te gustan de los demás, por qué repites comportamientos.
Pero también te cuenta quién eres en realidad, sobre qué cimientos se forja tu personalidad, cuáles son tus talentos, qué te puede ayudar a crecer, a madurar, a evolucionar,, y qué metas vas a tener que superar.
Te ayuda a saber tomar decisiones, a elegir el camino correcto, a aceptar, a entender, a comprender a los otros, a perdonar, a no culpar, a superarte y a quererte tal y como eres, con todas tus virtudes, y con esos defectos que quizás no lo sean, a entender que nada es un error, todo pasa por algo, o mejor dicho para algo.
Cuando una familia llega a mí, para hacer VEO, me gusta pedirles a los papas, la fecha, hora exacta y lugar de nacimiento, para saber quién es esa personita.
VEO empodera, hace que crezcan por dentro, siguiendo siendo niños, hacen que sus habilidades se refuercen y sus miedos se diluyan, que aumente su creatividad, sus ganas de aprender, que se comprometan con la vida, que mejoren sus lazos familiares, pero también hace que salga a la luz su verdadera personalidad, esa que yo veo cuando miro su carta.
Me gusta explicarles a los papás, que los niños no son nuestra copia mejorada, que no van a ser aquello que nosotros no fuimos, que ningún niño es igual a otro, aunque tengan los mismos padres, que no tienen porque parecerse a papá o a mamá, en carácter, en comportamiento, en habilidades, en actitudes, que nuestros niños son nuestros maestros, y a veces ejercen de espejo, y vemos en ellos aquello que debemos mejorar en nosotros. Les pedimos que se comporten como nosotros no hacemos, o que hagan lo que nosotros no hacemos.
No debemos hacer niños perfectos, debemos ayudarles a ser felices, a que sus aprendizajes sean livianos, y que entiendan lo que les está pasando. Reforcemos su verdadera personalidad, saquemos a la luz sus dones, sus talentos, sus brillos, seamos capaces de enfocar su creatividad, su rebeldía, su capacidad de liderazgo, de entrega o de trabajo, su altruismo... y siempre desde la LUZ
SANDRA te llegará la información cuando estés preparado para entenderla.
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